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Estación de autobuses de La Villa de Don Fadrique
Parada de Autobuses de La Villa de Don Fadrique se encuentra en la siguiente dirección: Av. de la Constitución, número 30, código postal 45850.
Rutas habituales
- Toledo a La Villa de Don Fadrique (Destino Quintanar de la Orden)
- La Villa de Don Fadrique a Toledo
- Alcázar de San Juan a La Villa de Don Fadrique (Pasando por Miguel Esteban)
- La Villa de Don Fadrique a Alcázar de San Juan (Pasando por Miguel Esteban)
- Madrid – La Villa de Don Fadrique
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La Villa de Don Fadrique
Llegar a La Villa de Don Fadrique es descubrir un genuino pueblo de La Mancha.
Sus calles, aún hoy, están salpicadas de casonas blasonadas y casas de labor, de fachadas blancas con grandes portones por donde accedían los carros y animales del campo, en la actualidad modernos tractores.
La Villa de Don Fadrique, aún hoy, es un pueblo de economía agrícola, aunque con el tiempo ha adquirido también funciones industriales y de servicios.
Con algo más de 4.000 habitantes, es un municipio apacible, cuyo templo más importante es la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción y que celebra sus fiestas en honor al Cristo del Consuelo en septiembre.
Patrimonio
Todavía es posible admirar en La Villa de Don Fadrique muestras de la arquitectura popular manchega en casas con sus sencillos pero elegantes y cuidados patios que nada tienen que envidiar a los de Toledo, las frescas cuevas, los techos de artesones, las cámaras perdidas y los pequeños vanos enrejados de las fachadas blanqueadas con cal en las que muchas mujeres de la localidad todavía realizan labores textiles como bordados, encaje de bolillos o ganchillo entre otras cosas.
En el término municipal, rodeados de viñas y alguna de monte de encinas, llamadas aquí chaparros o carrascas, todavía existen las antiguas quinterías, los silos o viviendas subterráneas y las simples y encantadoras casillas de campo con su pozo y su pequeña huerta.
Todo ello habla de un rico pasado señorial, el de un municipio fundado por el Maestre de la Orden de Santiago, Infante Don Fadrique, que hubiera sido el rey de Castilla de no ser por el cruel asesinato que le propinó su hermanastro Pedro I El Cruel. El rico legado arquitectónico se encuentra disperso por el núcleo central de La Villa de Don Fadrique, por lo que podría considerarse el casco histórico en torno a la Iglesia Parroquial. Sus monumentos dan fe de un legado cultural que lo configura como una de las poblaciones de La Mancha toledana con más riqueza junto a El Toboso o Tembleque sin olvidar Consuegra.
CASA DE LOS LARAS
Se trata de una casa solariega de labor propiedad de hidalgos acomodados que data de finales del siglo XVII. Conserva su patio de columnas y galerías altas, dependencias, corrales, cuadras y bodega. En el exterior muestra una portada barroca de piedra y una buena colección de siete artísticas rejas de forja de la época.
CASA DE LAS LLAVES
Típica construcción manchega con patio de columnas y corredores altos. La portada está labrada en piedra muldurada del siglo XVI. En el centro del dintel de la puerta luce un escudo con los emblemas del sacerdocio: la tiara pontificia y dos llaves cruzadas que simbolizan a San Pedro, el primer Papa de la historia, como guardián de las puertas del cielo.
IGLESIA PARROQUIAL DE NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN
La actual Iglesia data de principios del siglo XVI. De esa época conserva la portada occidental de estilo gótico y el baptisterio con bóveda del mismo estilo, que se encuentra situado en la base de la torre cuya construcción original se acabó en 1537. El actual campanario fue levantado a principios del siglo XX en sustitución de aquel que se encontraba arruinado.
A principios del siglo XVII, según los visitadores de la Orden de Santiago, fue ampliado el templo realizando de nueva planta la cabecera del mismo, la sacristía y la capilla del Nazareno. En la segunda mitad del siglo XVIII, probablemente a causa de un incendio, fue renovado casi todo su interior en el estilo tardo-barroco y neoclásico de la época.
De entonces es la obra de la nave central con su bóveda de cinco tramos de cañón con lunetos, la capilla de la Inmaculada, la capilla de la Soledad, el Pórtico Meridional y la ampliación que supuso la nueva capilla del Cristo del Consuelo, patrono de la localidad. También se conserva la pila bautismal fechada en 1548, de estilo gótico-plateresco, que fue restaurada en 1999.
CASA DE LA TORRECILLA
En el panorama de la turbulenta Castilla del siglo XV, con las banderías y partidos de las distintas facciones de la nobleza enfrentadas por el poder de la dinastía de Los Trastamara, los reinados de dos de este linaje, Enrique IV y Juan II, sobresalieron tristemente por este motivo.
A causa de esto, y para evitar devastaciones que ya se habían producido en alguna ocasión, los vecinos de La Puebla de Don Fadrique, que así se llamó hasta principios del siglo XX la localidad fadriqueña, acordaron construir un recinto que les sirviera de refugio. Así nació este edificio que era una especia de casa fortaleza con murallas de tapial aspilleradas y una pequeña torre de piedra, «la Torrecilla», también con aspilleras.
Como todas las fortalezas de la Edad Media, tenía un túnel que servía de escape en casos de apuro, la llamada «Cueva de la Torrecilla» sobre la que se han escrito y dicho muchas cosas y que ha quedado finalmente envuelta en la leyenda.
La guerra civil de sucesión entre Juana «La Beltraneja» e Isabel «La Católica» fue el último episodio de esa larga cadena de enfrentamientos en el siglo XV castellano. Al ser Don Alonso de Cárdenas Maestre de la Orden de Santiago en esas fechas, del bando de Isabel, fue derribada la Torrecilla por las huestes del Marqués de Villena al mando de Gonzalo de Villafuerte, del partido de «La Beltraneja». Esto ocurría hacia 1475.
Tras la relativa pacificación que trajo consigo el reinado de los Reyes Católicos, el edificio ya no se reconstruyó y, por la documentación que existe, se sabe que estuvo en ruinas prácticamente todo el siglo XVI. En el XVII estas ruínas fueron adquiridas por la rica familia de «Los Parreño» que lo vuelven a edificar y es cuando adquiere las características que actualmente conserva de gran casa solariega.
En el siglo XVIII muere sin descendencia el heredero del mayorazgo, don Diego Antonio Parreño Ruíz de Alarcón, que lega todos sus bienes a la Iglesia, y en la desamortización es adquirida la casa por el Marqués de Mudela, Don Francisco de las Rivas, de cuyos descendientes pasó por venta a la familia España, actual propietaria, en los años 40 del siglo XX.
Una de las leyendas que jalonan la historia de este edificio, cuenta que el Infante Don Fadrique se refugió en ella huyendo de su hermanastro Pedro I El Cruel y que, cuando fue interceptado, se escapó por la cueva con su caballo que tenía salida a un paraje cercano a la Laguna de «El Salobral»